Un nutrido grupo de nuestra parroquia viajó a Roma la primera semana de agosto, para participar en el Jubileo. Gran encuentro con Cristo, que incluyó vigilia con el Papa León XIV.
Una magnífica experiencia, según nos relata Lucia…
«A pesar de no estar muy motivada inicialmente, haber podido asistir al Jubileo de la Esperanza ha sido un auténtico regalo para mí. Ver a tantos jóvenes que siguen al mismo Dios que yo, me llena de alegría.
Del encuentro con el Santo Padre, lo que me llevo principalmente, es la llamada a la santidad. Aunque es algo que suelo tener presente en mi vida, me cuesta creerme que eso se pueda dar en mí; por lo que está llamada a la santidad en el año de la esperanza me ha resonado especialmente.
En la vigilia, se nos animaba a ser misioneros, testigos de la esperanza. Me gustaron mucho las palabras sobre la amistad, en concreto lo siguiente: “Queridos jóvenes quiéranse bien entre ustedes, quiéranse bien en Cristo. Sepan ver a Jesús en los demás. La amistad puede realmente cambiar el mundo, la amistad es un camino para la paz.”
Durante este verano he podido experimentar de una forma más concreta la gracia de la amistad, por lo que estas palabras me llaman a querer a mis amigos según el Señor y a cuidarlos…
El resto de la peregrinación fue también una gracia. Las palabras que se nos dieron en laudes me llamaban a la esperanza y a un continuo agradecimiento. Poder visitar algunas ciudades italianas fue también un regalo, pudiendo contemplar que el ser humano es también capaz de crear cosas bellas»
David, también lo confirma: “Vivimos momentos especiales de oración, comunidad y grandes experiencias. Una de ellas, el encuentro con Kiko Argüello. Visitar distintas ciudades cargadas de historia y arte, como Siena, Turín y Florencia, enriquecieron aún más la experiencia. Fue una peregrinación marcada por la alegría, la fraternidad y la profunda vivencia de la Iglesia universal”
Gloria a Dios por su infinita misericordia