En España y en otros muchos países, los retiros espirituales católicos cada vez adquieren mayor demanda. Lo confirman los responsables de las diferentes grupos y parroquias, las casas de espiritualidad presentan un incremento de un 50% en las reservas, por lo que cada vez les resulta más difícil encontrar casas de retiros disponibles, lo que les obliga a recurrir en muchas ocasiones a hoteles y albergues rurales. A ello se suma el cierre de establecimientos de numerosas congregaciones religiosas las cuales se han visto obligadas a cerrar o vender numerosas casas de espiritualidad debido a la escasez de vocaciones.
En nuestro país se esta viviendo una revolución en la iglesia que se expande y crece. Un resurgir espiritual.
Los retiros de Emaús en los últimos años lideran la demanda con al rededor de 130 al año en toda España.Pero dentro de esta efervescencia y necesidad espiritual, se encuentran los retiros clásicos que han estado siempre vigentes como los Ejercicios ignacianos hasta Cursillos de Cristiandad.
Pero aparece Bartimeo dirigido a adolescentes de primero y segundo de bachillerato y Effetá para jovenes de 18 a 30 años. Estos son fruto de los retiros de Emaús
Un retiro espiritual, es una manera eficacísima de acercarse a Dios, una oportunidad estupenda para encontrarle, con mayor intensidad y serenidad, alejados del quehacerismo, la cotidianidad y el estrés frenético al que nos enfrentamos actualmente.
Conocerle, reconocerle y reconocernos a la luz de Cristo, de modo que ese conocimiento influya en nuestra vida, mejorándola, transformándola, restaurándola como tan solo Dios es capaz de hacerlo. En la mayoría de los casos, estos encuentros constituyen el inicio de una profunda conversión. Es algo de lo que hemos podido ser testigos en nuestra parroquia de la Santísima Trinidad, con los diferentes retiros de Emaús, Effetá, Amor conyugal y las convivencias del Camino Neocatecumenal.
Hay momentos en la vida en que es imprescindible hacer un alto, para tener ese encuentro cara a cara con nuestro Amado Jesús.
Muchas veces vamos por la vida como a galope, y en ocasiones es mejor detenernos y bajarnos del caballo antes de que la vida nos tire de golpe como a Pablo.
La paz de unos días de retiro sirve para ralentizarnos y silenciarnos, cosa que cada vez es menos posible en el mundo ruidoso y caótico que habitamos. Silenciar nuestra mente y nuestro corazón para escuchar la voz de Jesús, nuestro eterno y solitario compañero de camino, es la experiencia mas absoluta y reconfortante.
Buscar la soledad es una constante en la historia de la espiritualidad, porque en la soledad acontece con más facilidad el encuentro del alma con Dios.
Alejarnos de nuestra cotidianidad y rutina, nos permite entrar en la grata presencia de nuestro buen Dios, en un ambientes apropiados donde todo nos recuerde que somos sus hijos amados.
Si sientes la necesidad de caminar hacia su encuentro, no dudes en contactarnos.
